Namaste



por Pablo Rego | Hay muchas lecturas e interpretaciones acerca de la traducción de Namaste. Como toda palabra que se usa y re-usa puede volverse superficial, como ocurre muchas veces al saludarte con personas occidentales que reemplazan un simple y cotidiano ”hola” por Namaste. También ocurre esto en Asia, donde desde India, el término se ha hecho popular y no es otra cosa que una forma de saludarse. Rituales mediante, en India, todo puede ser profundo, espiritual, religioso o no.

Hay, sin embargo, una traducción literal, un mudra (o gesto) y una traducción o interpretación profunda de Namaste.

Namaste o  नमस्ते, nace originalmente del Sánscrito,  la lengua más antigua y  sagrada de la India en la que se escribieron los libros más importantes de la tradición hindú, los Vedas. Es la lengua del Yoga.

Éste vocablo está compuesto por dos términos. El primero es “namas”, un sustantivo neutro que puede traducirse como ‘reverencia’ o ‘salutación’ y que deriva de la raíz “nam”, que significa ‘inclinarse’ o ‘postrarse’. Una muestra de respeto ante el otro. La segunda sección de la palabra la compone el pronombre “te”, que es la segunda persona singular del caso dativo, es decir ‘a ti’. Por tanto, la traducción literal de la palabra Namaste sería ‘salutaciones a ti’ o ‘reverencias a ti’.


También hay traducciones que lo presentan tomando “Nama” que significa reverencia, “as” que significa yo, y “te” que significa a ti, consiguiendo llegar a la misma conclusión: Namaste tiene el significado literal de “Reverencia a ti”.

Una traducción o interpretación más compleja, en la que la dimensión espiritual comienza a hacerse más  presente en  “Yo honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside. Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz, de verdad, y paz. Yo honro el lugar dentro de ti donde cuando tú estás en ese punto tuyo, y yo estoy en ese punto mío, somos sólo Uno”.

El atmanjali mudra ó añjali mudra, gesto de las palmas de las manos juntas sobre el pecho (también puede realizarse juntando las manos delante del tercer ojo, inclinando la cabeza, y finalmente llevando las manos hasta el corazón), indica la concentración de energía, la neutralización o equilibrio de femenino y masculino, en ese lugar del ser energético, el del amor universal, donde reside la chispa divina, entre los seres de luz que habitan los cuerpos materiales.

Si observamos el camino de la energía, incluidos alma y espíritu - desde lo sutil a lo denso- el concepto del saludo, de la unión de todos, donde todos somos parte de lo mismo, la idea de honrar el lugar sagrado del otro y el propio punto, nos lleva a la verdad única, donde la unidad representa algo más allá de nuestros egos y es allí donde todos somos seres conscientes, luz y Uno.

Si dos están en su centro, respetándose  mutuamente y a sí mismos, en ese presente desaparece la dualidad volviéndose ambos  parte de lo mismo. 

Namaste

©Pablo Rego

Profesor de Yoga
Terapeuta holístico
Diplomado en Medicina Ayurveda de India



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