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por Pablo Rego | El ser humano es un universo vivo formado por millones
de seres (células) que, asociados, constituyen las partes y procesos del
cuerpo. Además, desde su proceso original evolutivo, el cuerpo humano contiene
una colonia extra de organismos (flora bacteriana e intestinal) con los que
convive en armonía, si hay equilibrio en los procesos metabólicos.
En un estado ideal de salud las colonias de
microorganismos que habitan normalmente nuestro organismo (bacterias, virus,
hongos y protozoos) conviven en armonía, autorregulándose y ayudando a los
procesos naturales del cuerpo, como, por ejemplo, la digestión o la eliminación
de material excedente que el cuerpo no puede metabolizar.
Los probióticos
son alimentos constituidos por bacterias “buenas” u hongos (o ambos) que
favorecen el equilibrio de estas colonias que nos ayudan a realizar los
procesos de absorción de nutrientes y eliminación de hidratos y azúcares
excedentes, impidiendo, además, el desarrollo de otras bacterias u hongos “malos”
o dañinos para el organismo humano.
Mantener el equilibrio con probióticos.
A tener
en cuenta.
Desequilibrios.
Hay algunos factores que rompen esta armonía produciéndose
dolencias típicas que pueden ser revertidas con la restitución de estos
microorganismos perdidos. La mala alimentación o el consumo de medicamentos
pueden eliminar de nuestro cuerpo gran parte de estos microorganismos
beneficiosos produciéndose diarreas, inflamación intestinal crónica, el
síndrome del colon irritable y hasta enfermedades graves como el cáncer.
La falta de algunos de los elementos necesarios para
que estos organismos puedan vivir se debe a hábitos contrarios a la naturaleza
humana. El exceso de ingesta de alimentos
industrializados, de harina blanca o
azúcar refinados, el exceso de carne y
leche industrializada y la falta de consumo de verduras, legumbres o
fruta crean en el cuerpo una ecuación que desequilibra la armonía de la colonia
bacteriana.
Mantener el equilibrio con probióticos.
Para restablecer este equilibrio existen los llamados probióticos, que no son otra cosa que
alimentos que contienen microorganismos “buenos” que al ser consumidos se
instalan en el intestino volviendo a formar parte de la flora intestinal y
recuperando el número de integrantes necesarios para que nuestro cuerpo pueda
realizar sus procesos óptimamente.
Los probióticos
se consumen en alimentos de manera natural desde hace siglos. Uno de los medios
contenedores de estos seres beneficiosos es el yogurt (natural mucho mejor) que los hindúes consumen desde tiempos
inmemoriales y la Medicina Ayurveda recomienda en diferentes dosis para
restablecer todo tipo de equilibrio físico.
El kéfir es
un alimento que ha comenzado a masificarse y también tiene estas
características. Se utiliza para fermentar la leche, como ocurre con el yogurt
o pueden utilizarse sus gránulos para preparar un “agua de kéfir” utilizando el agua como medio. Este es también un producto
muy antiguo descubierto en la región del Cáucaso, utilizado desde
tiempos inmemoriales para mantener la salud.
Otro alimento cuyo consumo
puede ser beneficioso es la levadura.
Estos organismos utilizados para la producción de alimentos fermentados pueden
ser consumidos directamente para fomentar la salud de la flora intestinal ya
que son importantes por su capacidad para descomponer azúcares o hidratos de
carbono excedentes en el cuerpo.
Estos preparados, en muchos
casos, pueden ser adquiridos en comercios. La producción de yogures o preparados industriales con kéfir o levaduras está bastante desarrollada. Siempre es recomendable la
utilización de estos productos de un origen artesanal ya que se trata de seres
vivos que es mejor obtener de cuidadores dedicados evitando, en lo posible, la
contradicción de utilizar productos creados por las mismas industrias que nos conducen
a desequilibrar nuestro organismo.
Aunque se ha difundido la idea
de que los probióticos sólo se
reproducen en la leche, existen maneras de consumirlos en agua (como el kéfir) o en gránulos o polvo disueltos
también en agua (como la levadura),
evitando el conflicto de la intolerancia a la lactosa.
Estos alimentos que aportan
grandes beneficios tienen su propia forma de colonizar y evolucionar en cada
organismo. Hay personas que aceptan de manera natural su consumo sin perjuicios
de ningún tipo y otros que pueden desarmonizarse un poco. En todos los casos se
recomienda la observación y el cuidado en los efectos que puedan causar los probióticos en el organismo.
Algunas
de las dolencias que pueden tratarse con probióticos son:
-Estreñimiento
-Gases
-Hinchazón abdominal
Los probióticos ayudan a eliminar toxinas acumuladas y otros materiales
de desecho de los intestinos mejorando mucho las sensaciones.
-Diarreas
Crónicas, infecciosas, la causada
por rotavirus o por la ingesta de antibióticos.
-Úlceras
-Gastritis
-Las
condiciones para que se desarrollen diferentes tipos de cáncer.
-Inflamación
intestinal
-Síndrome
del colon irritable.
En la actualidad se están
realizando una importante cantidad de estudios acerca del papel que juega la
flora intestinal en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el
Parkinson La exploración de dicha
relación va ganando fuerzas y la ciencia se está permitiendo avanzar en esta
dirección investigativa con sorprendentes resultados, lo que reafirma la
importancia de cuidar y mantener el equilibrio de este ámbito natural de
nuestro cuerpo.
©Pablo Rego
Profesor
de Yoga
Masajista-Terapeuta
holístico
Diplomado
en Medicina Ayurveda de India
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